I made this widget at MyFlashFetish.com.

jueves, 30 de enero de 2014

FRANCISCO.

Yo tenía 14 años cuando llegó Francisco a mi vida, mi primer sobrino, un bebé súper chiquitito, muy frágil, algo que llevaba esperando mis catorce años de vida. No podía creerme que esa cosita fuera mi sobrino, que fuera a tenerle para siempre a mi lado. Ese niño me dio la vida desde el instante que le vi, desde ese preciso instante supe que sería, es y será la persona a la que más he querido y querré toda mi vida.

Siempre me acordaré de su primera sonrisa, os juro que eso me dió la vida, ver a mi razón de ser cómo me agarraba el dedo índice con fuerza y sonreía, una cosita de apenas unas horas sonriendo en frente de mis ojos, puf.

Cada mañana que me despertaba para ir a clase, era ya norma general llamar a mi hermana para ver si se había despertado, y si no lo estaba, la decía que le diera un beso y le dijera lo muchísimo que le quería. Si véis la agenda de ese curso... ponía su nombre por todos lados, me tiraba todas las clases pensando en él, hablando de él, escribiéndole. Cuando sonaba el timbre de salida, me iba corriendo que me ahogaba para poder llegar rápido y verle. No era capaz de vivir sin verle.

Su primera palabra no fue "Tati", pero cuando la dijo no sabéis el hartón a llorar que me di (y eso que yo le enseñaba a decir "Tita", pero fue al revés). Cada día que pasaba le quería más, no hay palabras suficientes en una vida para medir lo que siento por ese niño.

Por aquella época yo no tenía muchos amigos, bueno, se podría decir que los que tenía los tenía en la distancia, asi es que... Pero si los hubiera tenido aquí me hubiese dado igual dejar a todos mis amigos si me iba con mi sobrino.

Podían pasar mil cosas malas, que a mí con que una tarde me viniera a ver Francisco con tan sólo un añito y me llenara a besos, ya me daba todo igual.

Y cuando se duerme conmigo porque tiene miedo, se duerme encima de mi y yo apenas puedo respirar, pero eso no importa si él así está tranquilo. Creo que los mejores despertares que me dan en esta vida son esos, abrir los ojos y verle a él en la cama conmigo, abrazado a mi porque se piensa que yo espanto a todos sus males.

Los ratos que paso con él a solas son los mejores, vaciando todos los juguetes; cuando me peina a su manera, cuando le preparo la merienda que el quiere... Me obliga a jugar a la Psp, siempre elige en el FIFA al Atlético de Madrid contra el Barcelona para que así el Atlético pierda y yo me pique. Y aunque parezca una chiquillada, yo me lo paso genial viéndole reirse con mis tonterías.

Para mi es mucho más que mi sobrino, para mi es como mi hermano pequeño.

Un día juré a ese enano, que a día de hoy tiene 5 años, que su lugar es a mi lado, le pese a quien le pese, y así es y así será.

Le quiero sobre todas las cosas.

Tengo dos sobrinos más, pero esta entrada es exclusiva para él y ya haré otra para mis otros enanos.

PD: TE QUIERO, FRAN.

miércoles, 29 de enero de 2014

Hablo.

Hablo de traerte el desayuno a la cama, sin salir de ella. De dejarnos de historias y empecemos la nuestra. Hablo de emborracharme de ti. De ahogarme en los océanos de tus ojos y salir a flote cuando tus ojos están en tierra firme. De comernos el mundo (o comernos nosotros). Hablo de irnos a la cama temprano y despertar tarde. Hablo de un nosotros que no somos. Supongo, hablar de ti se ha convertido en rutina. En esa jodida rutina.

martes, 28 de enero de 2014

Vuelvo de nuevo.

Otra vez vuelvo a arrastrarme, a tragarme el orgullo (porque la bebida ya me la tiene prohibida el riñón) pero no hay instante que no te necesite. Te quiero.