Notas constantes nudos en la garganta, son incontrolables. Empiezas a pensar en como fueron pasando los días y ese dolor no salía de tí. Lo único que te calmaba era contarle aquellos secretos a tu almohada, esperando que los guardara para siempre. Llorabas. Y así era el transcurso de tus días tristes. Cansada de aquella rutina, intentas cambiar. Aunque cueste, la vida sigue; y da igual la cantidad de obstáculos que encuentres, las murallas que tengas que alcanzar, todo lo que soportes... acabará.
Y al final encontrarás esa pequeña luz que siempre te dio la esperanza de continuar y no echarlo todo por la borda, como si de una simpre botella con el mayor de tus deseos se tratase.
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